sábado, 12 de diciembre de 2015

Los Hijos no son nuestra pertenencia



Los hijos vienen a través de nosotros, pero en realidad ellos no nos pertenecen, no son nuestros, son de la vida, tendrán que convertirse en seres libres e independientes, tarde o temprano.
Escogerán su camino en busca de su propia identidad y de su propia felicidad, está en nosotros construirles desde pequeños los cimientos fuertes para que logren hacer una buena elección en todos los aspectos de su vida y así logren alcanzar la satisfacción a su ser, encontrando los elementos más esenciales como seres humanos.
Debemos ayudarlos para que puedan despegar y para que   construyan con esas bases sólidas su propio destino, donde ellos establecerán y decidirán ser felices o no.
Nuestro mayor deseo será que puedan escoger un mundo que esté exento de dificultades y de miserias, pero nada nos garantizará que eso será lo que a  ellos posiblemente les tocará vivir, solo nos resta tener claramente establecido que todos esos obstáculos y reveses que tendrán que enfrentar a lo largo de su recorrido les ayudará a adquirir mayor responsabilidad y experiencia que los fortalecerán con la sabiduría necesaria para poder levantarse las veces que tengan que caerse al vacío.
Mientras respetar su autonomía es todo cuanto podemos hacer, dándoles siempre apoyo y todo el amor sin pretender comprar sus sentimientos.

Ellos deberán saber que solo obrando bien en la vida les garantizará transitar por un camino claro y limpio, dando siempre pasos firmes y seguros, solo eso les permitirá alcanzar su propia evolución como seres humanos transparentes y sensibles.

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