martes, 15 de junio de 2021

¿Cómo reconocer a las personas tóxicas? -por Orlanda Torres


 

Las personas tóxicas son aquellas que nos producen un nivel de estrés elevado, al punto de llegar a desgastarnos emocionalmente. La triste realidad es que todos estamos rodeados de ellas ya sea en el lugar donde vivimos, centros de trabajos, amistades, compañeros, familiares, en fin.

Estas personas son las que también suelen llamarse “vampiros emocionales”, porque muchas de ellas alcanzan a dañar la autoestima de muchas personas y roban su energía.

Esto suele producirse debido a la gran carga de inseguridad que suelen tener en su interior. Normalmente las personas tóxicas se recrean viendo sufrir a otros, porque en el fondo son ellas las que no se sienten feliz consigo mismo, entonces tratan de proyectar su descontento con su víctima.

Lo importante es no dejarnos contaminar con ese sentimiento mezquino, alejarnos de ellas sería lo más saludable, pero a veces es imposible debido a que interactuamos obligadamente en el mismo lugar, puede ser nuestro propio jefe, compañeros de trabajo o quizás nuestra propia pareja.

En este caso quedarían dos opciones, compartir con amabilidad y evitar intimar con ellos, manteniendo una relación cordial, pero a la vez distante. De ser nuestra pareja no dejarnos contaminar, entrar en un diálogo abierto y tratar de llegar a un entendimiento sano de lo contrario optar por lo más saludable que sería una separación digna.

¿Cómo reconocerlas?

Son siempre personas negativas, nada le es placentero, no suelen ser optimistas, al contrario, suelen siempre vivir agobiados por tragedias, convirtiéndose en personas pesimistas.

Normalmente tienden al egocentrismo y pueden llegar a ser envidiosas, pudiéndose también convertirse en personajes manipuladores donde suelen siempre hablar solo de ellos para alimentar su ego y gozan siendo el centro de atención. Nadie más debería ser una amenaza para ellos, ni permiten que se les robe su espacio debido a su gran inseguridad interna. Tienen temor a ser despojado del lugar en el que están.

Debido a estos factores y a muchos otros más, lo más aconsejable sería alejarse de ellas o mantenerlas distantes y no involucrarnos para no ser afectados.

Viven victimizándose, buscan placer al hacerlo, porque al tomar esa posición logran la atención de las demás personas. Necesitan reconocimiento, su prioridad es ser tomados en cuenta, siendo el centro para no pasar desapercibidos.

Piensan que todos los que les acontece es porque la vida juega en contra de ellos, pues no tienen la capacidad para analizar y darse cuenta de que todo lo que ellos viven es generado por su misma posición de víctimas y muchas veces suelen culpar a los demás por su infortunio, porque no tienen la capacidad para darse cuenta del daño que pueden estar ocasionándole a las demás personas y a ellos mismos.

Normalmente suelen demostrar signos de envidia o celos. Cabe señalar que el desarrollo emocional de estas personas esta en deterioro. No se sienten contentas con su propio yo, por lo tanto, su seguridad emocional no presenta características precisas, está prácticamente desdibujada.

Por otro lado, son seres generalmente infelices, descontentos con el entorno que los rodea, nada ni nadie los satisface. No sienten amor por nadie, porque no aprendieron amarse a ellos mismos, en el fondo se desprecian.

Estos seres son generalmente infelices, porque nunca llegan a tener paz en su interior, y son seres incapacitados en todos los sentidos. Rara vez encuentran la satisfacción personal en su ser para vivir en plenitud.

Normalmente no muestran interés o emoción por los logros de las personas que comparten con ellos, debido a que internamente vive una soledad profunda y presentan ausencia de los elementos que definen a un individuo sano.

Trata de que estas personas no perjudiquen tu estabilidad emocional, ni limiten tus aspiraciones ni tus anhelos. Lo más importante es fortalecer tu autoestima, piensa en lo importante que es tener amor por uno mismo para que ellas no sean las que te roben parte de tu felicidad y de tu bienestar.

Cuídate, porque si no logras hacerlo tus valores más esenciales como ser humano se verían afectados y violentados.

Si puedes tener la oportunidad de alejarte de estas personas, estarás garantizándote una vida en armonía y un balance emocional satisfactorio.


martes, 8 de junio de 2021

“El apego nos hace vivir infelices” - Orlanda Torres


 

Hay que diferenciar los tipos de apegos. Cabe señalar que existen apegos necesarios como el vínculo afectivo del bebe con su madre en los primeros años de vida.

Aquí abordaré sobre el apego innecesario y perjudicial para el ser humano.

Cuando renunciamos a los apegos al principio suele tornarse difícil. Dejar ese estado de confort, pero a la misma vez de infelicidad nos produce inseguridad y descontento.

¿Cómo dejar lo seguro por algo desconocido? En realidad, suele ser una decisión dificultosa, pero que después de realizada, la podemos visualizar como la mejor decisión tomada en nuestra vida.

El apego puede llevarnos a vivir una vida de infelicidad por largo tiempo, esa dificultad que nos creamos, cuando no podemos abandonar lo que nos lastima, nos sumerge y nos imposibilita alcanzar las metas que realmente deseamos.

Muchas veces seguir ligado a ese apego tan doloroso nos destina a estar girando en un mismo punto sin oportunidad de crecimiento.

Hay que reconocer que cuando se tiene miedo e inseguridad, las personas crean un vínculo de dependencia anormal por el temor a sufrir o fracasar. Esto puede afectar la estabilidad emocional, porque se puede llegar a tener un comportamiento disfuncional.

Existe el apego enfermizo, aquel que nos hace dependiente o adictos, podríamos mencionar a los aparatos inteligentes, no podemos vivir sin ellos. Nos convertimos en esclavos del sonido de estos aparatos que controlan nuestra vida y perjudican a la misma vez nuestros afectos.

Otro mucho más delicado es el apego de pareja, cuando no damos libertad a la persona escogida y creamos patrones dañinos, esto hace que se produzca una dependencia muchas veces insana.

Todo vínculo afectivo controlador y dependiente terminará rompiéndose, porque el apego lastima y daña esa relación de codependencia, donde sus lazos afectivos están siendo prácticamente violentados y distorsionados.

Cuando practicamos el desapego damos luz a la relación, somos seres autónomos, cada uno debe vivir su propia libertad, si amas verdaderamente a la otra persona debes dejarla ser libre, para que esa persona se auto realice y viva en plenitud. El apego no hace más que sofocar una relación hasta enfermarla.

El apego es pobreza espiritual, cuando nos sentimos seguro en lo conocido, aunque nos lastime, nos volvemos prisionero de un acondicionamiento que está lacerando nuestro ser día a día hasta que nos convierte en seres verdaderamente mustios. No evolucionamos, no crecemos y nos sumergimos al punto que puede deteriorar nuestro ser.

Cuando le damos paso a lo desconocido estamos creando un mundo nuevo, donde podemos descubrir nuestras verdaderas potencialidades, si no nos lazamos a lo nuevo, nos convertimos en victimas de nuestros propios temores y arrastraremos un pasado que no nos dejara avanzar.

Si nos desligamos del apego y damos paso al desapego nos convertimos en seres más felices porque lo desconocido, aunque trae incertidumbre lleva también un poco de felicidad y magia hacia un horizonte nuevo lleno de posibilidades y eso nos motiva a vivir.

Para conseguir nuestros objetivos,  no es necesario continuar el mismo camino, podemos cambiarlo en cualquier momento, lo importante es que nos lleve a la meta a pesar de que tengamos que transitar un trayecto desconocido.

Recordemos que mientras más nos apegamos a las cosas más infelicidad nos puede producir, es necesario despojarse de todo aquello que nos ate. Todos merecemos alcanzar la libertad y en la libertad se encuentra la verdadera plenitud de la vida.