¿Se puede verdaderamente encontrar la paz?
¿Se la puede alcanzar?
Para muchos se hará difícil, para otro quizás más
fácil, pero percibir paz es fundamental en el ser humano.
Quién no tiene paz en su interior, no
puede irradiar bienestar a los demás.
El que vive sin paz se convertirá en un
prisionero de sus propios sentimientos oscuros como: el odio, la ira,
irritabilidad y la mezquindad.
Cuando vivimos en armonía, somos seres
transparentes, optimistas, amigables y hasta dadivosos.
Cuando somos seres insatisfechos,
irascibles, hostiles y egoístas, es porque en el fondo albergamos sentimientos
nocivos que nos producen un gran descontento interno. No vivimos en armonía con
nuestro ser.
Debemos alejarnos de las personas tóxicas
y de aquellas que viven arrastrando odios, sentimientos sombríos que no han
permitido que sanen jamás su cuerpo ni sus heridas abiertas.
El vivir en desarmonía tanto física como
espiritual, producirá que la persona nunca pueda lograr sentirse en paz y
siempre arrastre una sensación de descontento e insatisfacción.
Empieza cada mañana con el deseo absoluto
de reunirte con Dios en el lugar más íntimo que tú escojas para conversar con
él, comulga y despójate de todo aquello que atrase tu vida y perturbe tu
estancia.
La paz está en ti, búscala para que puedas
fluir y vivir en armonía.