Hay que diferenciar
los tipos de apegos. Cabe señalar que existen apegos necesarios como el vínculo
afectivo del bebe con su madre en los primeros años de vida.
Aquí abordaré sobre el
apego innecesario y perjudicial para el ser humano.
Cuando renunciamos a
los apegos al principio suele tornarse difícil. Dejar ese estado de confort,
pero a la misma vez de infelicidad nos produce inseguridad y descontento.
¿Cómo dejar lo seguro
por algo desconocido? En realidad, suele ser una decisión dificultosa, pero que
después de realizada, la podemos visualizar como la mejor decisión tomada en
nuestra vida.
El apego puede
llevarnos a vivir una vida de infelicidad por largo tiempo, esa dificultad que
nos creamos, cuando no podemos abandonar lo que nos lastima, nos sumerge y nos
imposibilita alcanzar las metas que realmente deseamos.
Muchas veces seguir
ligado a ese apego tan doloroso nos destina a estar girando en un mismo punto
sin oportunidad de crecimiento.
Hay que reconocer que
cuando se tiene miedo e inseguridad, las personas crean un vínculo de
dependencia anormal por el temor a sufrir o fracasar. Esto puede afectar la
estabilidad emocional, porque se puede llegar a tener un comportamiento
disfuncional.
Existe el apego
enfermizo, aquel que nos hace dependiente o adictos, podríamos mencionar a los
aparatos inteligentes, no podemos vivir sin ellos. Nos convertimos en esclavos
del sonido de estos aparatos que controlan nuestra vida y perjudican a la misma
vez nuestros afectos.
Otro mucho más
delicado es el apego de pareja, cuando no damos libertad a la persona escogida
y creamos patrones dañinos, esto hace que se produzca una dependencia muchas
veces insana.
Todo vínculo afectivo
controlador y dependiente terminará rompiéndose, porque el apego lastima y daña
esa relación de codependencia, donde sus lazos afectivos están siendo
prácticamente violentados y distorsionados.
Cuando practicamos el
desapego damos luz a la relación, somos seres autónomos, cada uno debe vivir su
propia libertad, si amas verdaderamente a la otra persona debes dejarla ser
libre, para que esa persona se auto realice y viva en plenitud. El apego no
hace más que sofocar una relación hasta enfermarla.
El apego es pobreza
espiritual, cuando nos sentimos seguro en lo conocido, aunque nos lastime, nos
volvemos prisionero de un acondicionamiento que está lacerando nuestro ser día
a día hasta que nos convierte en seres verdaderamente mustios. No
evolucionamos, no crecemos y nos sumergimos al punto que puede deteriorar nuestro
ser.
Cuando le damos paso a
lo desconocido estamos creando un mundo nuevo, donde podemos descubrir nuestras
verdaderas potencialidades, si no nos lazamos a lo nuevo, nos convertimos en
victimas de nuestros propios temores y arrastraremos un pasado que no nos
dejara avanzar.
Si nos desligamos del
apego y damos paso al desapego nos convertimos en seres más felices porque lo
desconocido, aunque trae incertidumbre lleva también un poco de felicidad y
magia hacia un horizonte nuevo lleno de posibilidades y eso nos motiva a vivir.
Para conseguir
nuestros objetivos, no es necesario
continuar el mismo camino, podemos cambiarlo en cualquier momento, lo
importante es que nos lleve a la meta a pesar de que tengamos que transitar un
trayecto desconocido.
Recordemos que
mientras más nos apegamos a las cosas más infelicidad nos puede producir, es
necesario despojarse de todo aquello que nos ate. Todos merecemos alcanzar la
libertad y en la libertad se encuentra la verdadera plenitud de la vida.
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