domingo, 22 de marzo de 2015

REFLEXION


Creo que cuando enfrentamos  sucesos  emotivos, significativos y dolorosos  nos damos cuenta que la gloria no nos certifica una vida larga, que el dinero no te puede comprar la salud ni te aleja del infortunio y que la fama no te garantiza  tener una vida  asegurada.

Siempre he sostenido mi filosofía de vida,  nada material  nos acredita que tengamos  un camino sin amenazas, llegar a la gloria y tener notoriedad  tampoco nos libera de los procesos naturales de la vida, como enfermedades, muertes, separaciones y  pérdidas.

Algunas cosas materiales nos aseguran bienestar, pero no compran la tranquilidad ni te afirman  que vivirás sin desventura.

Lo más  importante  es  valorar cada instante de la vida, preservar siempre  la salud para tener una vida sana, pues ella es un gran tesoro que a veces no sabemos apreciar. 

Hay que disfrutar  a los seres que amamos, porque desconocemos cuando la vida pueda privarnos de ellos, hacer el bien a los seres que nos rodean, alegrarnos de los pequeños e insignificantes momentos que nos regala la vida,  porque en realidad no sabemos si tendremos un mañana y tratemos siempre de  llenar nuestro centro espiritual  de armonía y luz.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario