viernes, 13 de noviembre de 2015

Oremos por Paris



En ocasiones nos parece imposible observar con impotencia, cómo el bienestar y el reposo de un país se ve violentado.

Creo que cuando enfrentamos sucesos emotivos, significativos y dolorosos, nos damos cuenta que nada nos garantiza una vida sin amenazas.

Nos preguntamos muchas veces, cómo sentimientos  tan inhumanos pueden todavía seguir sosteniéndose  sin piedad en el mundo.

Siempre he sostenido mi filosofía de vida, no existe ningún elemento que nos acredite que tengamos un camino despejado.
Es ahí cuando nos damos cuenta que debemos valorar cada instante de la vida, preservar siempre la salud, pues ella es un gran tesoro, disfrutar a los seres que amamos porque desconocemos cuando la vida pueda privarnos de ellos, alegrarnos de los pequeños e insignificantes momentos que nos regala la vida, porque en realidad no sabemos si tendremos un mañana.

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