Todos enfrentamos a lo largo de la existencia, situaciones adversas, esto forma parte de la
vida, nadie puede tener una vida sin dificultades, pero ¿cómo hacerle frente a
estas adversidades?
Muchos creen que evadiendo los problemas es el mejor remedio, salir de compras,
vacaciones, entre otras actividades
pueden ser la clave de la solución, pero en realidad ese no es la
actitud más aconsejable. Mientras ignoremos el problema de ese modo, sólo le
estamos poniendo un parche a la dificultad, pero no logramos con eso
solucionarla, hay que enfrentarla y
buscar las estrategias más adecuadas para darle su debida solución y así lograr
que las cosas puedan resolverse, prestándole
atención y enfocarse en el problema.
Existen situaciones muy duras de enfrentar, pero hay
que saberlas manejar y no huir de
ellas, como por ejemplo: la pérdida o
muerte de un ser querido, la ruptura de un matrimonio o de un amor de varios
años, una grave enfermedad, problemas con la familia, hijos, dificultades en el
centro laboral, todo esto nos genera
grandes cambios en nuestro ser, sentimientos encontrados que muchas veces nos
sumergen en la depresión angustia. Para algunas personas resulta más fácil asimilar la situación, pero para otras personas
esto requiere de un largo periodo de tiempo, a veces meses o años.
No olvidemos que las circunstancias adversas pueden
ser útiles para el individuo, porque originan que la persona
reevalúe su comportamiento,
busque soluciones y nuevas alternativas de vida.
La familia en muchos de los casos juega un papel
fundamental, pero la mayor parte depende de cómo el individuo acepte el
problema, si esa persona admite la dificultad como un hecho real e inevitable
empieza a construir defensas para poder tolerar los hechos y seguir avanzando.
Se ha demostrado que las personas que sufren de una
enfermedad terminal si logran tener un buen estado de ánimo y una buena
aceptación de la enfermedad es posible que puedan durar más tiempo del que se
les haya diagnosticado; así mismo las pérdidas o duelos también tienen su
proceso, cuando se hace conciencia de
que es una ley inevitable de la vida y que
nadie puede escapar de este proceso, es más factible que la persona
acepte esa pérdida como un hecho normal en su recorrido. Todos en algún momento
viviremos periodos de pena y dolor, pero si nos estancamos en ese mal momento
estaremos perdiendo todo lo bueno que el presente pueda construirnos.
No dejemos pasar las oportunidades por estar siempre
sumergidos en el pasado, en el sufrimiento y en lo que posiblemente ya no se
pueda solucionar.
Ponerle siempre
una actitud positiva a la vida, nos llevará a
obtener mejores resultados.
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