domingo, 5 de julio de 2020

REFLEXION - Orlanda Torres



Recordemos que el amor implica compromiso, entrega mutua, si esto no existe, es una relación fugaz, por lo tanto, no tiene consistencia ni trascendencia. 
Es una unión donde dos seres se relacionan solo para satisfacer placeres donde realmente solo prevalece la pasión. 
El amor crece día a día cuando ambas partes se aceptan con los defectos, porque saben que también son imperfectos, cuando se dan cuenta que están decididas a caminar y recorrer el camino de la vida aceptando sus falencias, valorando sus vivencias y respetando sus anhelos y sus roles individuales de cada uno. 
No solo se debe idealizar a la otra persona, no es llenar los espacios vacíos y utilizarla para satisfacer sus conveniencias, no es estar agradecido, ni admirarla solamente. Tampoco implica indecisión ni confusión, el que siente esto, verdaderamente no está amando.
El amor es recíproco y se debe compartir intereses en común, no necesariamente debes parecerte al otro, pero si tener una empatía y un proyecto de vida que los movilice a caminar paralelamente. 
Debe existir diálogo, confianza y complicidad, de lo contrario cada cual buscará el espacio que lo haga sentirse feliz.
Y aun viviendo juntos, posiblemente la relación se verá afectada y por ende muy probablemente desintegrada, aunque compartan el mismo techo. 
Sí la relación pierde consistencia y empiezan a mermar los sentimientos vitales, se encontrarán cara a cara con una realidad inevitable “el desamor”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario