Las personas en la actualidad piensan que su
valor se deriva por todo lo material que poseen, cuando en realidad no es así,
están equivocadas, el ser humano no vale por lo que tiene, sino por lo que va haciendo
en su camino.
Recordemos una vez más que las cosas materiales
no nos dan el éxito, ni nos aseguran prosperidad, si bien es cierto que vivir
en confort nos produce placer, pero muchas veces, olvidamos que lo más
importante y esencial es tener una inteligencia emocional sana, para poder
aplicarla en la sociedad, sabiendo sobrellevar con entereza lo que conforma la
vida y enfrentar con sabiduría las circunstancias.
Debes reconocer cuales son los placeres
cotidianos, como ver una buena película, leer un libro, ir al cine, reunirte de
vez en cuando con los amigos, estos placeres son gratificantes y producen un
estado de profundo bienestar en el ser humano.
Buscar la realización personal, juega un factor
también importante, el ser humano que no se siente realizado en la vida, jamás
podrá alcanzar un equilibrio espiritual y emocional.
Trata siempre que lo que hagas en la vida no
solo te satisfaga a ti, sino que puedas proporcionar alegría a alguien más, o
sea, que tu acto trascienda, es así que se le puede encontrar sentido a todo lo
que estés viviendo o haciendo.
No confundas la felicidad con la alegría, la
alegría es momentánea, es una emoción pasajera y fácil de atrapar, pero acuérdate
también que la tristeza existe porque en la vida no existen los estados
permanentes, nada permanece estático, la vida es movimiento continuo, por tal
motivo existe el lado contrario, que es la desdicha, la tristeza, el dolor y
estos estados también tenemos que saberlos enfrentar con entereza para poder
crecer como seres humanos.
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