Vivir
agobiados y turbados no causará más que desestabilizar y enfermar nuestro
organismo, es necesario que reduzcas las cargas y tensiones que te producen los
elementos externos de los cuales no podemos tener control.
Estudia
tu interior buscando siempre tu paz y tranquilidad. Trata siempre de esquivar
todo lo que perturbe tu serenidad y lo que ensombrezca tus días.
Confía
en tu poder de querer lograr y materializar lo que anheles, para que puedas
caminar serenamente el camino reservado. Recuerda que la vida es muy frágil y
guarda misterios insospechables, por eso vive con intensidad cada día, porque
es un regalo divino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario