Empieza
cada mañana con el deseo absoluto de reunirte con Dios en el lugar más íntimo que
tu escojas para conversar con él, despójate de todo aquello que atrase tu vida
y perturbe tu mente, trata de levantarte sin angustias y no arrastres cargas
negativas en tu conciencia. Ese procedimiento diario te producirá paz para
comenzar tu día, y eso alimentará tu estancia y te enseñará que debes disculpar
a los seres equivocados para poder avanzar y crecer en la vida.
Aprende
a dejar atrás los errores de tu pasado, para que te forjes un camino limpio y transparente
en el futuro, procura que cada día que tengas frente a ti, siempre hacer el bien a los demás
con pequeños detalles, da ayuda al
necesitado, recuerda que todo lo que des será multiplicado en la vida y todo lo
que tu entregues con amor, alimentará tu espíritu porque producirá felicidad a otros seres humanos.
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