Cuando dejamos que las cosas fluyan de forma natural, estamos liberando nuestras propias ataduras y nos convertimos en seres libres.
No hay nada más placentero que vivir en “libertad” para caminar nuestro sendero limpio y despejado, dejando atrás todo lo que nos ocasione nostalgia y desaliento.
Deja siempre abierta la ventana de tu vida, para que entren nuevas luces y logres iluminar tu horizonte para que puedas caminar sereno.
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