sábado, 21 de mayo de 2016

REFLEXION




Vivir agobiados y turbados no causará más que desestabilizar y enfermar nuestro organismo, es necesario que reduzcas las cargas y tensiones que te producen los elementos externos de los cuales no podemos tener control.
Estudia tu interior buscando siempre tu paz y tranquilidad. Trata siempre de esquivar todo lo que perturbe tu serenidad y lo que ensombrezca tus días.
Confía en tu poder de querer lograr y materializar lo que anheles, para que puedas caminar serenamente el camino reservado. Recuerda que la vida es muy frágil y guarda misterios insospechables, por eso vive con intensidad cada día, porque es un regalo divino.


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