Cada cual tendremos nuestro concepto de acuerdo a nuestras vivencias y dependiendo de nuestra esencia.
Una madre es un ser admirado, querido, respetado y que debe protegerse siempre.
Es un ser irremplazable, no existe nadie en el mundo que pueda ocupar su lugar.
El hijo que no cuide ni respete a una madre, ha perdido los valores más esenciales, porque una madre es lo más valioso que todo ser humano puede llegar a tener en la vida.
Para una madre no existen los obstáculos, siempre logra vencer las pruebas de la vida, por ver feliz a un hijo.
Ella siempre está cerca brindándonos consejos, amor, sostenimiento y sabiduría, muchas veces no encontrada ni aprendida en los libros, sino aquella aprendida con el cotidiano vivir.
La madre siempre está ahí, muchas veces lejos, pero a la vez tan cerca de sus hijos con su amor único e incondicional y para aquellos que la perdieron, solo resta
respetar el espacio que los acompañó.
Para muchas de ellas, ya el tiempo ha transcurrido en su ser, y hemos empezado a notar que empieza a caminar lento, que la vida la lleva menos apresurada, y que sus fuerzas han empezado a mermar.
Los años lamentablemente han continuado su curso dejando huellas en tu transitar, no te dejes vencer madre, no pierdas la alegría en tu andar, continua tu marcha segura, porque el tiempo no puede robarte la fe ni la esperanza que un día nos enseñaste en tu caminar.
Que Dios te bendiga hoy y siempre.
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