Cree, nunca
dejes de creer, mientras hay vida la única fuerza poderosa que nos mueve para sobrevivir
es la fe y la esperanza.
Revitaliza tu ser día a día, llenándolo de armoniosos
momentos que alimenten tu centro de paz.
Nunca pierdas la fe,
porque la fe mantiene viva la esperanza.
Mantén viva la fe, cree en el poder supremo para que tu recorrido siempre
este bendecido.
El que tiene fe, se aferra a la esperanza.
No solo debemos de creer en Dios, es necesario evidenciar nuestra fe,
haciendo bien a la humanidad.
Abramos nuestros corazones para ser mejores seres humanos, así también se
encuentra el verdadero camino.
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