sábado, 5 de mayo de 2018

La estancia en el “Paraíso de los Sueños” - Orlanda Torres



Todo el que emigra, normalmente la mayoría se enfrentan a un desarraigo duro casi irresistible; por ello se paga un alto precio. El tomar este tipo de decisiones tan cruciales marca la vida de cualquier ser humano. Se empieza a vivir un duelo largo y permanente donde hay que lidiar con separaciones y pérdidas.

Esto hace que se busque la adaptación en el nuevo entorno para recuperar la propia identidad. El ser humano busca recomponer el camino tratando de acomodarse a los nuevos cambios, nuevos empleos, un nuevo proyecto de vida que implica nuevas relaciones, nuevos contactos; prácticamente un cambio total en un horizonte desconocido e incierto.

Todo parece ser fácil, pero se vuelve muy complejo más aún, cuando se cree que todo lo que se conserva y se ha aprendido en años anteriores puedes  aplicarlo en tu nuevo habitad, sin embargo,  encuentras que todo lo que ya habías fabricado en tu lugar de origen donde tuviste  seguridad emocional y respetabilidad,  no te sirven en los más mínimo porque te tropiezas con nuevas costumbres con diferentes procesos, un sin números de barreras que imposibilitan tu desarrollo personal y sientes que pierdes un poco la coherencia de lo que se está viviendo;  es entonces cuando empiezas a hacerte cuantiosas preguntas.

¿Qué hago aquí?  ¿qué voy a lograr aquí? ¿qué espero y deseo para mí en este lugar?

Los procesos de adaptación y de integración al nuevo sistema se vuelven complicado casi dificultosos. La competitividad en el nuevo espacio implica un desfavorable rendimiento. En muchos casos hay personas que pueden asimilarlo con más tolerancia que otras. Existen personas que necesitan mucho más tiempo y otras nunca llegan a ajustarse.
La separación con sus seres queridos, los sentimientos de soledad y desesperanza juegan un factor importante y la lucha constante por la supervivencia en un entorno totalmente desconocido y muchas veces hostil se torna una gran pesadilla.

Muchos inmigrantes sienten nostalgia por todo aquello que se dejó y se abandonó, por todo aquello que quedó atrás, pensando que lo que se escogió iba ser mejor, sin saber que debía pagar un alto precio. La barrera del idioma, las diferentes costumbres, las nuevas amistades con diversas culturas, la ausencia de la familia. Todos estos factores se convierten en una carencia total de los elementos más primarios y necesarios de todo ser humano. Obviamente, esto amerita un crecimiento emocional y personal severo e inevitable producto del abrupto cambio al que el individuo está siendo sometido.
Todos estos procesos provocan desajustes emocionales como la culpa, trastornos depresivos, tristeza, desamparo, inutilidad, pesimismo, cambios de carácter; su comportamiento se ve amenazado, confusión, ansiedad y en muchos casos, desesperación al borde de querer perder hasta la existencia.

Esto converge a que se viva situaciones muy estresantes por motivo de que no te sientes respetado ni aceptado, muchas veces por tu misma situación migratoria inestable donde muchos viven en la oscuridad con el temor de ser descubiertos y convirtiéndose en presa fácil de la deportación. Entonces aparecen los sentimientos de recelo y angustia por no ser atrapados, empieza a invadir la incertidumbre y el temor al fracaso debido a que el inmigrante está siendo sometido a desistir de sus propios sueños.

Este proceso no solo genera angustia para el inmigrante, sino también para su familia y seres que vieron partir a su ser querido que hoy no lo tienen a su lado y desconocen cómo es en realidad su futuro en ese país extraño.

Se ha demostrado que el inmigrante siempre tiene deseos de luchar para no derrumbarse, para no sentirse derrotado, aunque siempre encuentre tropiezos y barreras que dificulten su avance.

Muchos de ellos logran sus objetivos más primarios a los pocos años de haber emigrado, pero otros tardan años para lograrlo; en cambio otros nunca llegan a conseguirlo. Es entonces donde no todos tienen esa capacidad, pero hay que empezar a optar por la adaptabilidad como la única arma de defensa para la supervivencia y así evitar todos esos sentimientos que desgastan al individuo. La esperanza juega un papel importante, porque mientras ella existe, el ser humano busca incansablemente el reacomodarse en el medio escogido, para poder solucionar sus problemas esenciales.

Los que encuentran la realización a sus sueños en un corto periodo de tiempo les produce seguridad baja la frustración y se sienten mucho más animados y confortables porque han dado cumplimiento a sus objetivos planteados; otros, sin embargo, viven sumergidos tratando de encontrar en cada amanecer una salida a sus dificultades como único medio para sentirse menos agobiados y así poder evadir su propia realidad.
Termino puntualizando que lo importante no es sólo aprender a adaptarse en el medio escogido, sino aprender a vivir en ese medio. De no ser posible, lo más saludable es buscar la solución más aceptable para poder proteger su estado emocional conservando claramente el concepto de lo que significa mantener su propia identidad y su verdadera esencia.

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