El
Psiquiatra Jorge Torres Castillo refiere:
En la adultez el amor ya no se presenta con el carácter de fugaz, sino
de estable, a esto se lo considera como un sentimiento consolidado, esto es el amor, y el amor no es fugaz.
Los
adolescentes se enamoran y es una expresión de la emoción; esta es furtiva y
exclusivamente emocional, porque es una expresión de emociones y no de
sentimientos reales.
Los
sentimientos reales consolidados se dan en la edad adulta lo contrario al
adolescente, el adolescente se enamora, pero no ama, que es todo lo opuesto a
lo que sucede en la adultez.
En
mi recorrido cotidiano he observado diferentes causas que pueden hacer que
merme el amor. Según mi apreciación pienso que cuando dos personas adultas
deciden llegar al matrimonio es porque están convencidos de que existe un
sentimiento real, es por eso que deciden compartir sus días, pero en muchos de
los casos se ha podido observar que con el paso del tiempo el amor empieza a
mermar. ¿Por qué? ¿Será la rutina? las
diferencias de pensamientos, los problemas de la cotidianidad, la forma de vida
tan acelerada que estamos sosteniendo, en fin, podríamos enumerar muchos
factores que hacen que el matrimonio pierda su consistencia y se convierta en
una monotonía y que en algunos casos se vuelva tan frágil y llegue a la
destrucción. ¿Qué hacer? ¿Qué debemos establecer en esos casos? No buscar culpables sino soluciones
concretas, entrar en un profundo diálogo donde se ponga encima de la mesa todo
lo que nos cause desagrado y concluir estableciendo que esos procedimientos que
se están sosteniendo no deben continuar, para esto se necesita ser muy
consecuente con lo que realmente se está estableciendo, porque si una de las
dos partes falla, prácticamente se estaría cayendo en un círculo vicioso que
tarde o temprano terminará destruyendo el vínculo matrimonial.
En
la actualidad los matrimonios cada día están siendo más frágiles y el índice de
divorcio aumenta de una manera acelerada, ya es más fácil divorciarse que
establecer un vínculo de pareja, es por eso que uno de los factores más
importantes es la comunicación continua, mutilar la rutina, desprendernos de
los trabajos que absorben nuestro tiempo y desplazan a nuestra pareja, darle
más calidad a la relación y menos atención a lo que realmente está siendo un
fantasma amenazante en el vínculo
matrimonial.
Si
desean salvar su unión y consideran que todavía guarda importancia para las dos
partes, hay que tratar siempre de reinventarse, respetar el espacio de tu
pareja, darle la importancia que necesita, ayudarse, no mutilar sus sueños ni
sus aspiraciones y recuerda que no vas a lograr nada en tu relación, si tú
mismo no provocas ser digno de lo que tanto anhelas.
Entonces,
empecemos por cuidar nuestro vínculo matrimonial o de pareja; si es que
verdaderamente guarda importancia para nosotros, esto consiste en un trabajo
diario de gran validez, no es fácil; pero tampoco difícil, solo se necesita
quererlo hacer y trabajar en el proceso día a día, para que estos factores
negativos no sigan creciendo y a la larga destruyan el matrimonio y quizás
nuestra vida.
No olvidemos que cuando se ama se establece un compromiso, y que el amor
nace de la convivencia diaria, no permitamos que esa convivencia se deteriore y
así deje morir el amor.
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