jueves, 7 de abril de 2016

REFLEXION



Cuando se llega a la vejez, en algunos seres empieza a invadir la desesperanza y cada día se hace más pesado llevarlo a cuesta, esos días ya no suelen ser disfrutados, solo soportados.
El día y la noche suelen tener parecidos porque ya nada es diferente o especial, solo resta “esperar”, se espera al amigo, al hijo ausente, a los nietos y al familiar querido que nunca vendrá, pero que, aun así, se espera para que le regale un momento de compañía y calor humano que a la final no sucederá.
En esta etapa las cosas materiales ya pierden todo valor, carecen de sentido, es entonces cuando se empieza a apreciar más el amor y la comprensión de nuestra pareja, si aún existe, o de los pocos que querrán acompañarlos. 
Todo llegaremos a ese estado natural de la vida, envejecer es un proceso del cual nadie está exento, solo aquel que fue sorprendido por la muerte prematuramente.
Mientras se espera el ultimo día, cada momento se agradece,  porque se tuvo la oportunidad de haber vivido gratos años, donde se pudo acumular innumerables vivencias que los llenaron de  tanta sabiduría. 
En esta etapa de la vida solo cabe esperar,  sabiendo que ya no existe ningún tipo de “esperanza”, muchos esperan en silencio y solitarios una grata compañía que le dé sentido a su día final.........

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