Cuando creemos verdaderamente en
Dios, no hacemos daño a los demás, nos queremos, nos respetamos y nos ayudamos
entre nosotros. Ante los ojos de él todos somos hermanos.
Si se habla de hacer el bien,
hagámoslo, si se dice saber cuál es el valor de la familia y la humanidad,
entonces debemos demostrarlo.
Y agradezcamos cada día, porque nos da la posibilidad
de un nuevo comienzo
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