Siempre
veía entre mis amigos y conocidos la
publicación de la pérdida de su madre, padre o de algun ser muy querido.
Nunca
pensé que la del mío estaría cerca, hoy ya puedo escribir y narrar lo que se
siente cuando se pierde a un padre amado.
Hoy
cumples dos semanas que dejaste este plano temporal, sin embargo
personalmente deseo expresar que físicamente no te tengo, pero que te siento a
mi lado cada día.
[Según
Sigmund Freud "el padre del psicoanálisis" indica lo que se
siente ante la pérdida de un ser querido: Ese dolor, ese vacío, no se borraría
nunca. Podría debilitarse con el tiempo, pero no olvidarse. Que no hay refugio
donde poder aliviar el sufrimiento]
No
sé quién me llamará ahora para conversar largas horas, ni a quien llamaré para dialogar
sobre temas interesantes que me hacían sentirme orgullosa de ser tu hija.
Tus
sabios consejos, tu planteamiento con respecto a la vida y la cotidianidad o
simplemente una receta médica verbal que cure mis dolencias.
Papi
hoy llevo otros dolores a cuesta, uno de ellos, el dolor en mi alma,
curiosamente para ese dolor nunca me escribiste una receta.
Te
acompañe en tus últimos días, la vida y Dios me regaló ese privilegio.
Siempre
le pedí que cuando llegase ese momento pueda estar cerca de ti y me lo
concedieron, a pesar de todo me considero una hija afortunada.
Hoy
serán pocas las palabras que le dedique a mi maestro, a mi entrañable amigo y
confidente, a mi padre amado, pero estoy convencida que me sobrará tiempo para escribirte y así podré
en cierta manera aliviar mi dolor.
Solo
quiero decirte que cumpliré con todo lo que me dijiste en vida que haga desde
arreglar tus pendientes, como también saber comprender a los equivocados.
Aquellos
que obran mal, aquellos que en vida te olvidan y aparecen cuando ya no estás.
Aquellos
que cierran puertas, pero que sin querer se abren ellos mismos otras que los
conducirán a donde sus acciones los ubicará por la “Ley Universal”
Tu
siempre me enseñaste a obrar bien en la vida y que no debemos porqué admitir
las injusticias sin sentirnos afectados.
Fuiste
un ser extraordinariamente humano, antes de considerarte un gran padre, maestro,
médico, amigo y poeta.
Y
deseo que te recuerden como ese gran ser creyente de la fragilidad humana,
amante de la paz y la justicia y refractario ante el atropello y el abuso hacia
los que están en desventaja y desprotegidos.
Gracias
padre por el gran legado que nos dejaste no solo a tus hijos sino a tantas
personas que les enseñaste con tu ejemplo el verdadero sentido de la vida.
Como
me decías “Este es un nuevo día, porque siempre se puede comenzar de nuevo “-
Facundo Cabral
Hasta pronto!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario