miércoles, 28 de octubre de 2015

El Odio: un sentimiento negativo e inútil



Cuando albergamos en nuestro interior el sentimiento de odio, inconscientemente estamos destruyendo  nuestro propio yo.

Muchas veces el ser que más odia es el que tarde o temprano terminará  aniquilando su propio ser. No es necesario gastar nuestro valioso tiempo de vida odiando a las personas que transcurren  por nuestro camino y mucho menos aquellos que forman parte de nuestro destino.

Este sentimiento provocará  un desajuste emocional que no proporcionará  nada productivo para la evolución de ningún ser humano. Recordemos que llegar a sentir este sentimiento tan básicamente mezquino puede ocasionar un  impedimento en la realización personal del individuo.

Toda persona que se acostumbra a odiar se auto destruye lentamente, porque eso no produce más que  un desgaste psíquico lamentable.
No olvides que el ser que odia es el que más alberga sufrimiento,  debilidad e inseguridad, y una profunda orfandad de espíritu,  mientras que el odiado simplemente es un espectador de un deseo tan absurdo y egoísta y  muchas veces  inexplicable. 

Los seres que hospedan  este sentir  viven en su interior continuamente sentimientos de ira y frustración, porque no se han podido realizar en la vida, no se sienten aceptados por las demás personas,  han tenido  dificultad para  insertarse en el medio que les tocó vivir;  es por eso que la única forma de descargar su enojo y descontento  es haciendo sentir culpable de su desdicha a los seres que los rodean, muchas veces a sus seres más queridos, es una forma de castigar para sentirse satisfecho, mermando así su frustración.

Trata de no cobijar  este sentimiento tan nocivo, porque cuando se aloja el odio en nuestro interior nos convertimos en seres incapacitados en todos los sentidos.

El odio es un veneno que lastima y corroe el alma, no llenes tu vida de sombras, si eso llega a suceder, posiblemente te destinarás a vivir una vida sin luz y ten la certeza de que te convertirás en un ser inmensamente infeliz. 

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