miércoles, 26 de noviembre de 2014

REFLEXION



Luego de permanecer casi un mes en mi tierra me reintegro a mi actividad diaria que es “escribir”.

Cumplir con los anhelos, sueños, siempre produce en el ser humano  un agradable estado. La satisfacción de cumplir con los deseos de verte rodeada de tus seres queridos, de amigos entrañables, aquellos que conociste en tu infancia y  en tu agradable adolescencia,  dejan una sensación de confort, pero a la vez de vacío, porque saber que debes nuevamente abandonar ese espacio que es tu tierra, esa seguridad que te da el caminar acompañada de “verdaderos amigos”, ese bienestar que te produce compartir con tus seres amados,  en realidad no tiene precio.

Caminamos siempre en la vida con objetivos y propósitos y cada día se vuelve un desafío, para mi cada amanecer me enfrenta con una realidad que deseo aprovechar para enriquecer mi ser y trato a diario de sentirme inmensamente humana, valorando cada instante, porque el hecho de existir ya es para mí  un gran privilegio que debo valorar.

Hoy espero días mejores, materializar mis deseos, cumplir mis objetivos y   palpar mis sueños. 

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