La mayoría de las crisis tienen connotaciones
negativas e implica que tengamos que vivir periodos difíciles en nuestra vida. Conocemos
que las crisis vitales son aquellas que surgen de forma inesperada de manera repentina
y nos obligan a tomar decisiones inmediatas que en ocasiones se hacen difíciles
de elegir.
Y existen las crisis circunstanciales que
son aquellas originadas por un hecho que las precipita como un divorcio,
muerte, enfermedad desastre natural etc.
Algunas pueden durar periodos cortos, otras
pueden durar largo tiempo que nos
impiden seguir con nuestras habituales acciones diarias. Las más duras pueden
lacerarnos, dejándonos huellas y en algunas ocasiones cicatrices que hacen que
todo nuestro ser se movilice y cambiemos nuestra actitud y procedimientos, haciéndonos
seres más fuertes.
Este evento hace que nos saquemos la capa
externa y construyamos una nueva para protegernos, este estremezón hace que te
adaptes y aceptes muchas cosas que antes no las considerabas importantes en tu
vida. Pasas a otro nivel.
Las crisis son pruebas que nos hacen
sentir que estamos desamparados, desprotegidos, huérfanos y fragmentados. Es
ahí donde empiezas a redescubrir formas y estrategias para rescatar tu “yo”.
Entonces empiezas a movilizarte para hacer
cambios y reinsertarte nuevamente en el engranaje de la vida y en algunos casos
tener que aceptarte como una nueva persona, debido a las alteraciones sufridas
por la crisis que dejó huellas en tu ser.
Una crisis puede romper ilusiones, sueños
y hacer que tu vida de un giro sorprendente, pero lo más interesante de todo
esto, es cómo vamos canalizando, aceptando y adecuándonos ante estos
acontecimientos abruptos.
Es un reto más de la vida que nos pone a
prueba y nos obliga a adaptarnos al nuevo escenario donde nos tocará vivir.
En muchos casos empezamos asumir mejor los
hechos y tenemos una percepción más clara de la vida y aceptamos que nada es
estático, que la vida es cambio constante y que, aunque no todos estamos
preparados para sucesos inesperados, tenemos que tener en claro que siempre
debemos estar atentos y saber que mientras estemos vivos, la vida puede
sorprendernos en cualquier momento y debemos encarar los sucesos de la mejor
forma para poder convertirnos en mejores seres humanos.
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