Consolida
de manera saludable todos los aspectos de tu vida, nunca te resignes a vivir
ataduras, lucha siempre por tu libertad tanto física como emocional.
No
le des albergue a la desarmonía, permítele darle paso a la quietud, para que
todo fluya en tu ser y logres que tu centro espiritual permanezca en equilibrio
permanente.
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