Cuando pasan fechas significativas en la vida y veo
como cada año suele disfrutárselo tan de prisa, me vienen a la mente los
recuerdos del ayer de mi transparente infancia aquella en la que
cualquier objeto o gesto para mí era mi mayor regalo, luego recuerdo mi
adolescencia, etapa dorada, aquellos amores que no se olvidan, mis amigos
entrañables que aún conservo, las calles que recorrí en mi juventud
acompañada de su típico olor de mi tierra, pasaron los años y ahora
me rodea mi familia, mis hijos, mi amor escogido, ahora soy madre, esposa,
compañera de camino y una hija pendiente de las necesidades de sus padres.
Los años se me fueron, aquellos en los
que caminaba de prisa, hoy solo observo la vida
pausadamente y a todo trato de encontrarle su significado, nada me ofende ni me
extraña, aprendí a conocer a las personas, los errores humanos, y trato de encontrarle
sentido a sus comportamientos y el porqué de sus
irreverencias, nadie es perfecto, recibes gestos buenos de quienes
menos esperas, una llamada, un mensaje o un simple texto, pero te recuerdan ....y
te quedas esperando el reconocimiento de tus seres más queridos, pero
esos nunca llegan, no te explicas la razón, pero se lo vive.
Mientras, todavía existen los amigos de la infancia y de la juventud, aquellos que
compartieron también tus sueños y que aun te añoran como tú a ellos
y soñamos encontrarnos en cualquier café para desnudar una noche contando
recuerdos entrañables que marcaron nuestra vida.
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