El
que hace el bien a la humanidad nunca en la vida le irá mal. Por más lejos que esté
la recompensa, siempre llegará. Recordemos que somos el reflejo de lo que
hacemos y que toda mala acción que hagamos en la vida, nos traerá consecuencias
lamentables. Por eso nunca hagas daño a lo demás, porque tarde o temprano la
justicia divina hará su trabajo en nosotros mismos.
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