Cuál sería la pareja
ideal o el compañero que nos ayudará a
recorrer el camino?
Cómo detectar si la
persona elegida ha sido la correcta? Cómo darnos cuenta lo que llamamos en el argot popular que hemos
encontrado “la otra mitad” o “la media
naranja.”?
Cuando se camina con un objetivo en común, disfrutando y
admirando las actividades de cada uno,
los deseos mutuos, acontecimientos,
aspiraciones, anhelos, acciones, y también cuando ayudas para que tu pareja
pueda crecer y realizarse en la vida, si existen estos elementos entre las dos
personas acompañados del respeto y
admiración, pienso que estamos caminando
con la persona correcta.
Si estos elementos no existen en una relación,
posiblemente hayamos elegido la persona
equivocada.
Saber vivir en pareja es un desafío diario, es una gran tarea que no se debe descuidar, desde el momento que uno de los dos se despreocupa
de estos factores, posiblemente se verán obligados a enfrentarse a futuros conflictos,
producto de una relación insatisfecha.
Estudios realizados han
demostrados que las parejas que viven saludablemente tienen una mejor calidad de vida, mientras que las que no logran vivir
sanamente viven continuamente amenazados por
problemas de salud, como depresión, dolores crónicos, enfermedades
inmunológicas.
Debido a esto es
preciso que se deba establecer un limpio y amplio diálogo para poder
mantener un equilibrio en la relación, esta conexión producirá que se logre
conocer las inquietudes y vivencias de cada uno, todo esto debe ser respetado de ambas
partes. El mantenerse comunicados será fundamental
para así poder conocer sus anhelos,
propósitos, y objetivos en la vida.
Recordemos que nunca la
violencia verbal o física será la mejor herramienta para resolver un problema de pareja.
Actualmente la forma de
vida debilita el lazo familiar, el cuidado de los hijos, las responsabilidades
en el trabajo, situación económica, la
alienación actual que estamos viviendo,
rompe la comunicación, produciéndose inconscientemente una barrera que a la larga termina
apagando el vínculo que se ha establecido.
Todos estos hechos producen
incontables desajustes, no sólo en la relación, sino también en las personas que forman
parte de ese entorno familiar.
Los conflictos dan
como resultado una vida sin calidad a sus hijos, quienes posiblemente vivirán cuando sean adultos
problemas de comportamiento y dificultad
para realizarse en su vida de pareja.
Después de la etapa del
enamoramiento que es la más sublime viene la verdadera realidad, porque en el
enamoramiento se alberga la emoción, sexo, pasión, pero cuando esto pasa, nos encontramos cara a cara con la verdad, es ahí cuando
viene la otra etapa, donde todo eso empieza a mermar, entonces nos queda lo esencial, esto implica hacernos la vida más agradable con
los elementos más importantes de cada uno.
La intimidad se debe
reafirmar siempre, la complicidad del uno con el otro es fundamental, pero no
debemos dejar de ser seres libres con
nuestras propias vivencias, respetando
siempre el espacio de cada persona.
Qué sucede cuando estos
factores empiezan a desaparecer? se
desencadena una serie de conflictos, que afectan la intimidad, ya no hay
reciprocidad, las expectativas como
pareja empiezan a desaparecer, la
relación comienza a sumergirse, en algunos casos no quieren separarse, el dolor que produce el desapego muchas veces
es difícil de manejar, y es entonces cuando
se emprende la búsqueda a la
solución del conflicto, buscando a profesionales para recibir terapia
y así poder recuperar lo perdido, retomar el espacio que sin querer se fue
descuidando, en muchas ocasiones es un proceso desgastante
que se produce demasiado tarde.
Lo importante es no
llegar a ese extremo, hay que aprender a vivir en pareja la tarea no es fácil,
pero tampoco difícil.
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