La reunificación
familiar siempre será de suma importancia en la existencia humana. El estar
rodeado en familia produce un estado de bienestar y confort y hace mermar
cualquier dolor por más difícil que se esté viviendo. En el núcleo familiar es
donde siempre encontraremos la verdadera paz.
Es casi imposible
renunciar a los lazos familiares, pues ellos nos ayudan a crecer, es nuestro
mayor tesoro, que nos brinda la mayor seguridad en nuestro ser.
Los hijos debemos ser
agradecidos y recíprocos con nuestros padres, debemos implicarnos más con
ellos, porque nos dieron la vida, preocupándonos por sus deseos, anhelos y
necesidades.
Los padres también
deben cuidar de sus hijos, debe prevalecer siempre la hermandad, y la unión,
porque los lazos familiares son inviolables.
No debemos abandonar a
los ancianos, ellos merecen ser queridos y valorados en esta etapa más
importante y frágil de su recorrido por la vida, no es correcto apartarlos por
el simple hecho de que ya no son productivos y que en algunos casos podrían ser
una carga para muchos.
Siempre deben
prevalecer los lazos familiares, ellos son inquebrantables, el respeto mutuo,
el afecto son elementos fundamentales para una buena convivencia humana.
Amémonos, respetémonos
y perdonémonos para que nuestra vida fluya y prosiga sin sentimientos de
culpabilidad ni sombras oscuras que atrasan nuestro caminar y nos debilitan
inútilmente.
Evoquemos la paz entre
nosotros, mantengamos el trato de siempre permanecer unidos y sobre todo
reconozcamos que nos hemos equivocado y hemos obrado mal en algún momento de
nuestra vida, para poder escoger el verdadero camino que nos conduzca a vivir
en sosiego.
Perdonar no es un
símbolo de debilidad es crecimiento continuo, es evolución.
Aprendamos a vivir en
plenitud dejando rencores y conceptos equivocados que sólo nos llenan de odio,
para que cada día podamos dormir tranquilo sin cargas en nuestra conciencia que
no nos dejan conciliar el sueño.
Continuemos nuestro
trayecto de manera pura, estableciendo una convivencia diaria donde prevalezca
la comunicación entre los seres que comparten nuestro cotidiano, sabiendo que
somos capaces de amar de manera transparente.
Consolidemos la
justicia y la paz para que podamos transitar sereno y sobre todo no dejemos de
trabajar nuestro ser interno para que podamos amar limpiamente a los seres que
amamos, nuestra familia.
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